Las grandes historias ciclistas, como las que cuenta y reúne Javi Muro en La carrera que no fue, los héroes que no llegaron. Y otros relatos ciclistas, son inolvidables como los tebeos de vaqueros leídos en la infancia en las largas tarde de verano o las películas vistas con la banda de amigos en noches de cine al aire libre.
Aquí hay héroes y villanos, indios y vaqueros, jinetes pálidos, caravanas y diligencias, el séptimo de caballería, muchachos dispuestos a morir con las botas puestas o bailando con lobos y también tahúres tramposos que pierden la cabeza por culpa del agua de fuego. ¡Mil veces sea maldita! Infierno de cobardes, horizontes de grandeza, centauros del desierto y duelos, muchos duelos de titanes…
Aquí los magníficos no son solo siete, sino muchos más: son Merckx, Hinault, Anquetil y, por supuesto, Indurain, Ocaña, Perico Delgado, Bahamontes, Coppi, Bartali, Bobet, Poblet, Moser, Garin… Durante años Armstrong fue el tiránico general Custer, y Pantani, un hombre llamado caballo, pero Contador es de momento nuestro último gran pistolero… La lista es interminable y sus hechos merecen ser puestos por escrito.